Tras el acuerdo para la rescisión del contrato entre Mariona Ortiz y el Perfumerías Avenida,
se ha desatado una gran campaña de ataque negativo hacia la jugadora.
Una vez que ya se filtraban en la prensa la noticia de que la catalana
no deseaba seguir en las filas del conjunto azulón -teniendo las mismas
condiciones de juego-, desde diversos sectores ya se le había colocado
el típico cartel de desagradecida. Algo que a estas alturas no sorprende
teniendo en cuenta que no ha sido ni será la única a la que se lo han
adjudicado. Personalmente, ignoré el tema porque simplemente una entidad
deportiva y una de sus jugadoras decidieron tomar rumbos diferentes.
Ley de vida en este ámbito.
Ortiz se ha convertido en las últimas horas en un punto de mira | Foto: FEB |
Un día después un compañero me escribió:
-¿Oíste lo que dijeron de Mariona por la radio? Chiquito ataque. Y de paso a Leonor y a Blé, que las dejan finas también.
-No, ¡qué va! Si acabo de llegar.
- Espera, que te paso el link al podcast. ¡Vas a flipar!
-No, ¡qué va! Si acabo de llegar.
- Espera, que te paso el link al podcast. ¡Vas a flipar!
A priori pensé que mi compañero estaba exagerando, pero al final tenía razón. Acabé escuchando la típica tertulia radiofónica que tanto desprecio, consistente en meterse en la vida privada de una persona de relevancia en la sociedad y llegar a desprestigiarla
con el único objetivo de conseguir audiencia. Lo peor es que hay
quienes piensan que eso es una práctica periodística cuando en realidad
se llama basura o, dicho con un eufemismo, prensa rosa. En la emisora el
locutor comenzó a hablar de que en el vestuario charro existía un malestar que venía de lejos entre Mariona Ortiz, el técnico Alberto Miranda y el propio club.
“Ese triángulo hacía tiempo que estaba
deteriorado. A Mariona nunca le gustó que se fichara a Silvia Domínguez
tras pasar dos años a la sombra de Marta Xargay, ella consideraba que
podía ser titular, que podría ser primera espada. Sin embargo, te pones a
repasar a ojear los números de las tres temporadas, en las tres
temporadas que ha estado en Salamanca y las conclusiones que sacas no la
dejan en muy buen lugar”, afirmaba con rotundidad. El hombre siguió regalando perlas:
“Mariona ha sido una decepción en lo deportivo, no hay lugar a dudas.
Sin embargo, el público de Wüzburg ha tomado la curiosa decisión
legítima de elegirla como una de sus favoritas. No hay nada más que ver
la ovación que se llevó en el último partido de liga antes del parón […]
Esto es deporte profesional de muy alto nivel y Mariona Ortiz que puede
ser muy maja y guapa pero no ha dado el nivel en su trabajo, que es
para lo que se le paga. Nunca ha aceptado su rol, se ha quejado mucho y
por los que nos llega incluso pues ha entrenado más bien poco”.
Tras llegar a ese punto, tuve que parar el audio para digerir lo que acababa de decir. Quiero dejar claro que no tengo ningún problema para reconocer que Mariona Ortiz no es mi ídola, pero pese a esto y siendo neutral se merece el respeto
como cualquier otra. Nunca la he conocido fuera de las pistas y mucho
menos sé si lo que se dice del triángulo es cierto, pero tampoco es algo
que me incumbe: lo que me gusta es el baloncesto, no la vida de la gente. Siempre me ha molestado bastante que se juzgue a un deportista tan solo por sus estadísticas,
como si fueran suficientes para determinar todo el trabajo y esfuerzo
que alguien ha venido desempeñando durante un período de tiempo. Siento
verdadera lástima por aquellas cabezas cuadradas tienen
como religión los números. Siguiendo esta línea, me parece fuerte que
un simple periodista crea tener la potestad para desacreditar el trabajo
de los demás y decir que Ortiz ha sido una “decepción en lo deportivo”.
Vamos, que siguiendo esa misma regla yo podría alegar que la única
decepción es que este señor y del medio del que forma parte presuman de
hacer periodismo de calidad, cuando se basan en prácticas nefastas e incluso antideontológicas
-como el amarillismo y el sensacionalismo que genera tanto morbo al
público-. También es que yo tengo una concepción del periodismo distinta
al resto y con frecuencia suelo olvidar que con total de lograr
beneficios económicos algunos hasta venderían a sus madres. ¡Lo
confieso, mea culpa!
Lógicamente soy partidaria de que al
haber seguido la trayectoria de una determinada baloncestista uno puede
hacerse una idea en cuanto a su progreso o retroceso. Pero el tema de
sostener que es una decepción en mayúsculas sin tener la suficiente
potestad para ello -como la que por ejemplo tienen los entrenadores y
cuerpo técnico- creo que deja mucho que desear hasta como persona. Ataques gratuitos con o sin criterios que repercuten negativamente en diversos ámbitos.
El colmo es que luego pasa a meterse con las decisiones de los
aficionados, dando a entender que por ser una cara bonita y ser
simpática no justifica el cariño de los seguidores por sus
entrecomillados malos resultados. ¿No pueden tener una opinión propia los aficionados del baloncesto?
Mejor dicho, ¿no la merecen siendo uno de los sectores más importantes
para que el deporte pueda realizarse? Cada cual tiene su criterio y hay
que respetarlo con tolerancia, al margen de que se esté o no de acuerdo.
Cuando pensé que ya no podía escuchar más tonterías, volví a darle al play. Llegó el turno de palabras del prestigioso jefe de deportes de COPE Salamanca,
Antonio Lorenzo Melgar: “Estaba cantado, se veía venir. Y no es que uno
sea pitoniso o tenga dotes de adivino, pero había algo que chirriaba,
que no encajaba […] A las chicas de Avenida les resultaba muy incómodo
compartir vestuario con la escolta balear, hasta el punto de que cuando
ésta entraba el resto no decía ni mú, pero cuando salía las rajadas eran
de no hay billetes. Pero claro, como todo se sabe, resulta que una de
las más largonas era Mariona. Hasta tal punto que ya resultaba cansina.
Mira tú por cuánto que en ese vestuario solo quedaron Vanessa Blé, que
esta no se enteraba ni se entera de nada ni en los vestuarios ni en los
entrenamientos ni en los partidos; Leonor Rodríguez, que el año pasado
no sé si influenciada o no por Ortiz dejó mucho que desear en cuanto a
su rendimiento. Curiosamente este curso está siendo diferente,
obsérvense los números. ¿Casualidad o que termina este año contrato y
quiere hacer méritos para una renovación? O a lo mejor tiene que ver con
que ella se ha distanciado de Mariona, hasta el punto de que en los
trabajos de grupo prefiere no tenerla como compañera. Sea por una cosa o
por la otra, el caso es que la canaria este año está teniendo un
rendimiento óptimo. La catalana va -mejor dicho iba porque ya no está-
de mal en peor porque no tenía motivación. Por eso entrenaba como
entrenaba. Su actitud no era la más propia de una jugadora profesional y
por todo ello el club era consciente de esta manera de comportarse de
Mariona Ortiz y desde hace algunas fechas estaba sentenciada. Una
jugadora que vino a ser el referente, el ego de Marta Xargay emulando a
las Nurias, Silvias, Claras, a la propia Marta, pues ya ven. De amago de
estrella a estrellada. ¡Qué decepción! Mariona Ortiz tanta paz lleves
como dejas”.
Fue ahí cuando llegué a la conclusión de que yo tenía que escribir este artículo
motivada por mi amor hacia el deporte y el periodismo. De la misma
forma que ellos u otros comparten su opinión, ¿por qué no puedo ofrecer
la mía? No ostento ningún cargo importante ni tampoco soy una periodista con demasiado prestigio,
pero estoy en el mismo derecho. También llevo años siguiendo la
trayectoria como deportista de Mariona y por lo cual tengo un criterio
propio, además obviamente cosas que decir al respecto. Es muy fácil atacar a los demás, pero parece más complicado elogiarlos
por lo que hacen -tal vez hayan ocultos intereses que pueden llevar
desde favorecer a cierto club hasta hacer críticas ofensivas por pura
afición, pero como es algo que no sé con exactitud lo dejo en el aire-.
En primer lugar, quiero centrarme en lo que dijo acerca del ambiente en el vestuario. Puede que tenga razón en lo que dice, pero ¿a qué contribuye el hecho de que se ponga a decir que se criticaba a Mariona a sus espaldas y que ella incomodaba al resto?
Solamente a generar polémica, dejar mal tanto a ella como a sus
excompañeras de equipo y hasta al propio club. Me ha hecho gracia
-nótese por favor mi sarcasmo- las referencias que hizo hacia Vanessa Blé y Leonor Rodríguez.
Según lo dicho, Blé vive en un mundo paralelo en el que solo parece
entenderse ella y carece de sentido común. En cuanto a Leonor las
acusaciones que lanza opino que son más fuertes, dado que se mete
directamente con la relación que puede o no existir entre ambas
jugadoras. Al parecer la grancanaria pudo estar influenciada de forma
negativa la temporada pasada por Mariona en su desempeño profesional.
Vamos como si Leonor fuera una persona fácilmente manipulable y no tuviera voz propia
para tomar decisiones que le afectan. Sostiene que la canaria ha
mejorado este año a nivel individual sus estadísticas en contraste a
anteriores dejando caer que, tal vez, esto tenga que ver con su supuesta
distancia con Mariona agregando que no quiere tenerla como compañera en
los entrenamientos. Repito que no sé ni me interesa conocer la vida
personal de las jugadoras, me da exactamente igual si son amigas o no
porque al fin y al cabo lo que debe prevalecer el bien colectivo antes que el ego individual.
Personalmente soy partidaria de que con estas palabras solo anima a que
haya tensión entre ambas, cuando pudiera darse el caso de que en
realidad ellas no tengan problemas entre sí.
En segundo lugar, se sabe que el asunto de las comparaciones siempre ha sido odioso. Mariona Ortiz solo hay una y lejos de pretender ser una imitación de otras jugadoras quiere ser ella misma.
Con sus virtudes y defectos. Para bien y para mal. ¿Qué sentido tendría
intentar fingir ser otra persona si no tiene las mismas cualidades? Una
de las cosas más bonitas del deporte es que absolutamente nadie es
igual dentro del terreno de juego. No hay réplicas, solamente cometidos
junto a esfuerzos y carácter. Y en tercer lugar, lo de “amago de estrella a estrellada” está todavía por verse.
Personalmente espero que Mariona siga creciendo y alcanzando las metas
que se proponga. Y de paso que su trabajo sobre el parqué sirva para cerrar muchas bocas y transformarse en un caso más de los que demuestran que no hay que hablar antes de tiempo porque se corre el riesgo de quedar como un idiota en el futuro.
No hay que desmerecer el trabajo de nadie.
Como persona y aficionada al baloncesto me parece despreciable el trato
que tienen que soportar las deportistas en general, convirtiéndose en
el objetivo para críticas no constructivas y opiniones que solo sirven
para hacer daño. Aunque suene utópico, todavía soy creyente de que a los
aficionados del deporte les interesan estos más que la vida privada de
los jugadores, dado que no tiene por qué estar estrechamente ligado si
se es competente. Aprovecho la ocasión para hacer un
llamamiento a los aficionados, porque aunque cada uno somos libres para
consumir determinados medios también tenemos el derecho a que estos
determinen qué es lo que nos interesan. ¿Preferimos saber los
resultados de un conjunto o rumores en cuanto a relaciones dentro del
club que mayoritariamente suelen ser falsos? Yo lo tengo claro.
No quiero finalizar este artículo sin
darle las gracias a Mariona Ortiz por todo el sacrificio que ha hecho en
su etapa en el Perfumerías Avenida, desearle éxito en su nueva
temporada en las filas del Quesos El Pastor de la Polvorosa
y encomiar que no haya entrado en el juego de hacer declaraciones
públicas para alimentar este juego digno de niños. Como dicen “a palabras necias, oídos sordos”. Y todo es posible en la medida en que uno crea en sí mismo y luche por la meta que quiere hacer realidad.