Hoy hace un año
que una de las jugadoras más importantes del baloncesto español decidió
colgar las botas. Tras una amplia carrera profesional llena de triunfos
y reconocimientos, Marta Fernández consideró que era el momento
oportuno para emprender un nuevo reto profesional. A pesar de su
despedida, sigue siendo una de las referencias a seguir en el deporte y
una de las baloncestistas que más se ha ganado el cariño incondicional
de la afición.
Fernández finalizó su etapa en el Perfumerías Avenida | Foto: FEB |
Durante una emotiva rueda de prensa
organizada por el Perfumerías Avenida, la catalana explicó emocionada
las razones de su retirada. Además, aprovechó la ocasión para agradecer a
la entidad deportiva salmantina el apoyo y confianza que siempre
depositó en ella. “De cada equipo me llevo tantísimas cosas pero
el mejor regalo son las personas que me han ayudado: compañeras,
entrenadores, aficionados, directivos, medios y todas las personas que
forman un club. Al baloncesto le debo todo, pero de lo que me siento más
orgullosa es de conseguir todos los triunfos con esfuerzo, constancia y
sacrificio pero me voy feliz, lo he dado todo hasta el último momento.
Cuelgo las botas pero me llevo una mochila llena de cariño, amigos y
momentos inolvidables”.
Fueron muchos los combinados de los que
formó parte la escolta, entre ellos, destacan el mítico Ros Casares
Valencia, UB Barça, Wisla de Cracovia, Los Angeles Sparks y el citado
Perfumerías Avenida. Cabe destacar también su importante papel con la
Selección Española, con la que acumula un extenso palmarés que quedará
grabado para siempre. Cada etapa le hizo madurar como jugadora y
adquirir el conocimiento necesario para ser una de esas baloncestistas
que transmiten una experiencia fructífera a las más
jóvenes. Y esto no es de extrañar. Como una hormiga, Marta Fernández
siempre antepuso sus propios beneficios a los comunes y nunca se dio por vencida.
A pesar de los contratiempos que se tropezasen en su camino, encontraba
la forma de buscar soluciones óptimas y darle un giro radical a la
adversidad. “Correcaminos” destacaba por su velocidad en el ataque,
fuerza en la defensa y por su perseverancia en el juego.
Pero no solo su calidad profesional hizo que se ganase con prontitud el afecto de los seguidores del baloncesto femenino. Su calidad humana
siempre es algo que ha demostrado en términos generales, dentro y fuera
de las pistas. Es una de esas personas que, por muy cansadas que estén,
siempre reciben amablemente a los aficionados ya sea para conversar,
sacarse una fotografía o simplemente firmar un autógrafo. Como en
cualquier deporte, la afición desempeña un papel fundamental y eso es
algo que siempre ha tenido presente. Ya fuera en Wüzburg, en cualquier
otro pabellón e incluso en la calle recibe a las personas con una
sonrisa en la cara que evidencia tanto su amabilidad como
agradecimiento. Pequeños detalles como estos son los que hacen que una persona sea enorme.
Concienciada con que el deporte tiene
fecha de caducidad y de los problemas que supone -especialmente a las
mujeres- retirarse y encontrar un nuevo trabajo para poder subsistir,
Marta Fernández decidió emprender una alternativa distinta al baloncesto
y se licenció en Comunicación -por eso, no resulta extraño escucharla
como comentarista en diversos encuentros de baloncesto-. Pero al margen
del ámbito baloncestístico y deportivo, hay otros proyectos
en los que está envuelta en la actualidad. Por ejemplo, ocupa un cargo
de relevancia en la Fundación Rudy Fernández, el Campus de Baloncesto
Marta Fernández y también a través del proyecto Universo Mujer -ante la
Copa del Mundo de Baloncesto femenino, que tiene como escenario España
en 2018-. El día en el que comunicó su decisión de alejarse de las
pistas como jugadora, dejó claro que quería centrarse en proyectos
profesionales y personales al lado de las personas a las que más quiere.
Y es precisamente lo que está haciendo esta leyenda del deporte.