2 dic 2015

¿Es Mariona Ortiz una estrella estrellada?

Tras el acuerdo para la rescisión del contrato entre Mariona Ortiz y el Perfumerías Avenida, se ha desatado una gran campaña de ataque negativo hacia la jugadora. Una vez que ya se filtraban en la prensa la noticia de que la catalana no deseaba seguir en las filas del conjunto azulón -teniendo las mismas condiciones de juego-, desde diversos sectores ya se le había colocado el típico cartel de desagradecida. Algo que a estas alturas no sorprende teniendo en cuenta que no ha sido ni será la única a la que se lo han adjudicado. Personalmente, ignoré el tema porque simplemente una entidad deportiva y una de sus jugadoras decidieron tomar rumbos diferentes. Ley de vida en este ámbito.

Ortiz se ha convertido en las últimas horas en un punto de mira | Foto: FEB 



Un día después un compañero me escribió:
-¿Oíste lo que dijeron de Mariona por la radio? Chiquito ataque. Y de paso a Leonor y a Blé, que las dejan finas también.
-No, ¡qué va! Si acabo de llegar.
- Espera, que te paso el link al podcast. ¡Vas a flipar!

A priori pensé que mi compañero estaba exagerando, pero al final tenía razón. Acabé escuchando la típica tertulia radiofónica que tanto desprecio, consistente en meterse en la vida privada de una persona de relevancia en la sociedad y llegar a desprestigiarla con el único objetivo de conseguir audiencia. Lo peor es que hay quienes piensan que eso es una práctica periodística cuando en realidad se llama basura o, dicho con un eufemismo, prensa rosa. En la emisora el locutor comenzó a hablar de que en el vestuario charro existía un malestar que venía de lejos entre Mariona Ortiz, el técnico Alberto Miranda y el propio club.

“Ese triángulo hacía tiempo que estaba deteriorado. A Mariona nunca le gustó que se fichara a Silvia Domínguez tras pasar dos años a la sombra de Marta Xargay, ella consideraba que podía ser titular, que podría ser primera espada. Sin embargo, te pones a repasar a ojear los números de las tres temporadas, en las tres temporadas que ha estado en Salamanca y las conclusiones que sacas no la dejan en muy buen lugar”, afirmaba con rotundidad. El hombre siguió regalando perlas: “Mariona ha sido una decepción en lo deportivo, no hay lugar a dudas. Sin embargo, el público de Wüzburg ha tomado la curiosa decisión legítima de elegirla como una de sus favoritas. No hay nada más que ver la ovación que se llevó en el último partido de liga antes del parón […] Esto es deporte profesional de muy alto nivel y Mariona Ortiz que puede ser muy maja y guapa pero no ha dado el nivel en su trabajo, que es para lo que se le paga. Nunca ha aceptado su rol, se ha quejado mucho y por los que nos llega incluso pues ha entrenado más bien poco”.

Tras llegar a ese punto, tuve que parar el audio para digerir lo que acababa de decir. Quiero dejar claro que no tengo ningún problema para reconocer que Mariona Ortiz no es mi ídola, pero pese a esto y siendo neutral se merece el respeto como cualquier otra. Nunca la he conocido fuera de las pistas y mucho menos sé si lo que se dice del triángulo es cierto, pero tampoco es algo que me incumbe: lo que me gusta es el baloncesto, no la vida de la gente. Siempre me ha molestado bastante que se juzgue a un deportista tan solo por sus estadísticas, como si fueran suficientes para determinar todo el trabajo y esfuerzo que alguien ha venido desempeñando durante un período de tiempo. Siento verdadera lástima por aquellas cabezas cuadradas tienen como religión los números. Siguiendo esta línea, me parece fuerte que un simple periodista crea tener la potestad para desacreditar el trabajo de los demás y decir que Ortiz ha sido una “decepción en lo deportivo”. Vamos, que siguiendo esa misma regla yo podría alegar que la única decepción es que este señor y del medio del que forma parte presuman de hacer periodismo de calidad, cuando se basan en prácticas nefastas e incluso antideontológicas -como el amarillismo y el sensacionalismo que genera tanto morbo al público-. También es que yo tengo una concepción del periodismo distinta al resto y con frecuencia suelo olvidar que con total de lograr beneficios económicos algunos hasta venderían a sus madres. ¡Lo confieso, mea culpa!

Lógicamente soy partidaria de que al haber seguido la trayectoria de una determinada baloncestista uno puede hacerse una idea en cuanto a su progreso o retroceso. Pero el tema de sostener que es una decepción en mayúsculas sin tener la suficiente potestad para ello -como la que por ejemplo tienen los entrenadores y cuerpo técnico- creo que deja mucho que desear hasta como persona. Ataques gratuitos con o sin criterios que repercuten negativamente en diversos ámbitos. El colmo es que luego pasa a meterse con las decisiones de los aficionados, dando a entender que por ser una cara bonita y ser simpática no justifica el cariño de los seguidores por sus entrecomillados malos resultados. ¿No pueden tener una opinión propia los aficionados del baloncesto? Mejor dicho, ¿no la merecen siendo uno de los sectores más importantes para que el deporte pueda realizarse? Cada cual tiene su criterio y hay que respetarlo con tolerancia, al margen de que se esté o no de acuerdo.

Cuando pensé que ya no podía escuchar más tonterías, volví a darle al play. Llegó el turno de palabras del prestigioso jefe de deportes de COPE Salamanca, Antonio Lorenzo Melgar: “Estaba cantado, se veía venir. Y no es que uno sea pitoniso o tenga dotes de adivino, pero había algo que chirriaba, que no encajaba […] A las chicas de Avenida les resultaba muy incómodo compartir vestuario con la escolta balear, hasta el punto de que cuando ésta entraba el resto no decía ni mú, pero cuando salía las rajadas eran de no hay billetes. Pero claro, como todo se sabe, resulta que una de las más largonas era Mariona. Hasta tal punto que ya resultaba cansina. Mira tú por cuánto que en ese vestuario solo quedaron Vanessa Blé, que esta no se enteraba ni se entera de nada ni en los vestuarios ni en los entrenamientos ni en los partidos; Leonor Rodríguez, que el año pasado no sé si influenciada o no por Ortiz dejó mucho que desear en cuanto a su rendimiento. Curiosamente este curso está siendo diferente, obsérvense los números. ¿Casualidad o que termina este año contrato y quiere hacer méritos para una renovación? O a lo mejor tiene que ver con que ella se ha distanciado de Mariona, hasta el punto de que en los trabajos de grupo prefiere no tenerla como compañera. Sea por una cosa o por la otra, el caso es que la canaria este año está teniendo un rendimiento óptimo. La catalana va -mejor dicho iba porque ya no está- de mal en peor porque no tenía motivación. Por eso entrenaba como entrenaba. Su actitud no era la más propia de una jugadora profesional y por todo ello el club era consciente de esta manera de comportarse de Mariona Ortiz y desde hace algunas fechas estaba sentenciada. Una jugadora que vino a ser el referente, el ego de Marta Xargay emulando a las Nurias, Silvias, Claras, a la propia Marta, pues ya ven. De amago de estrella a estrellada. ¡Qué decepción! Mariona Ortiz tanta paz lleves como dejas”.

Fue ahí cuando llegué a la conclusión de que yo tenía que escribir este artículo motivada por mi amor hacia el deporte y el periodismo. De la misma forma que ellos u otros comparten su opinión, ¿por qué no puedo ofrecer la mía? No ostento ningún cargo importante ni tampoco soy una periodista con demasiado prestigio, pero estoy en el mismo derecho. También llevo años siguiendo la trayectoria como deportista de Mariona y por lo cual tengo un criterio propio, además obviamente cosas que decir al respecto. Es muy fácil atacar a los demás, pero parece más complicado elogiarlos por lo que hacen -tal vez hayan ocultos intereses que pueden llevar desde favorecer a cierto club hasta hacer críticas ofensivas por pura afición, pero como es algo que no sé con exactitud lo dejo en el aire-.
En primer lugar, quiero centrarme en lo que dijo acerca del ambiente en el vestuario. Puede que tenga razón en lo que dice, pero ¿a qué contribuye el hecho de que se ponga a decir que se criticaba a Mariona a sus espaldas y que ella incomodaba al resto? Solamente a generar polémica, dejar mal tanto a ella como a sus excompañeras de equipo y hasta al propio club. Me ha hecho gracia -nótese por favor mi sarcasmo- las referencias que hizo hacia Vanessa Blé y Leonor Rodríguez. Según lo dicho, Blé vive en un mundo paralelo en el que solo parece entenderse ella y carece de sentido común. En cuanto a Leonor las acusaciones que lanza opino que son más fuertes, dado que se mete directamente con la relación que puede o no existir entre ambas jugadoras. Al parecer la grancanaria pudo estar influenciada de forma negativa la temporada pasada por Mariona en su desempeño profesional. Vamos como si Leonor fuera una persona fácilmente manipulable y no tuviera voz propia para tomar decisiones que le afectan. Sostiene que la canaria ha mejorado este año a nivel individual sus estadísticas en contraste a anteriores dejando caer que, tal vez, esto tenga que ver con su supuesta distancia con Mariona agregando que no quiere tenerla como compañera en los entrenamientos. Repito que no sé ni me interesa conocer la vida personal de las jugadoras, me da exactamente igual si son amigas o no porque al fin y al cabo lo que debe prevalecer el bien colectivo antes que el ego individual. Personalmente soy partidaria de que con estas palabras solo anima a que haya tensión entre ambas, cuando pudiera darse el caso de que en realidad ellas no tengan problemas entre sí.

En segundo lugar, se sabe que el asunto de las comparaciones siempre ha sido odioso. Mariona Ortiz solo hay una y lejos de pretender ser una imitación de otras jugadoras quiere ser ella misma. Con sus virtudes y defectos. Para bien y para mal. ¿Qué sentido tendría intentar fingir ser otra persona si no tiene las mismas cualidades? Una de las cosas más bonitas del deporte es que absolutamente nadie es igual dentro del terreno de juego. No hay réplicas, solamente cometidos junto a esfuerzos y carácter.  Y en tercer lugar, lo de “amago de estrella a estrellada” está todavía por verse. Personalmente espero que Mariona siga creciendo y alcanzando las metas que se proponga. Y de paso que su trabajo sobre el parqué sirva para cerrar muchas bocas y transformarse en un caso más de los que demuestran que no hay que hablar antes de tiempo porque se corre el riesgo de quedar como un idiota en el futuro.

No hay que desmerecer el trabajo de nadie. Como persona y aficionada al baloncesto me parece despreciable el trato que tienen que soportar las deportistas en general, convirtiéndose en el objetivo para críticas no constructivas y opiniones que solo sirven para hacer daño. Aunque suene utópico, todavía soy creyente de que a los aficionados del deporte les interesan estos más que la vida privada de los jugadores, dado que no tiene por qué estar estrechamente ligado si se es competente. Aprovecho la ocasión para hacer un llamamiento a los aficionados, porque aunque cada uno somos libres para consumir determinados medios también tenemos el derecho a que estos determinen qué es lo que nos interesan. ¿Preferimos saber los resultados de un conjunto o rumores en cuanto a relaciones dentro del club que mayoritariamente suelen ser falsos? Yo lo tengo claro.

No quiero finalizar este artículo sin darle las gracias a Mariona Ortiz por todo el sacrificio que ha hecho en su etapa en el Perfumerías Avenida, desearle éxito en su nueva temporada en las filas del Quesos El Pastor de la Polvorosa y encomiar que no haya entrado en el juego de hacer declaraciones públicas para alimentar este juego digno de niños. Como dicen “a palabras necias, oídos sordos”. Y todo es posible en la medida en que uno crea en sí mismo y luche por la meta que quiere hacer realidad.