12 feb 2013

La enfermedad de la superficialidad

Después de la controversia generada por el anuncio  emitido de GoDaddy durante la Super Bowl 2013 (en el que aparece la modelo Bar Rafaeli besando sin pudor alguno al actor  Jesse Heiman), me percaté, por desgracia,  de la asquerosa superficialidad que sigue predominando en nuestra sociedad y que parece aumentar con el paso de los días.

Todo empezó en clases, cuando un profesor se dirigió a YouTube, apareció en la portada el mencionado vídeo y una compañera ,en voz alta,  nos aconsejó no ver el vídeo porque era asqueroso, y, en efecto, doy fe de que lo es. A raíz de eso, no sé por qué razón me puse a pensar en el inexistente prototipo físico del hombre  ideal, y me di cuenta de que soy un bicho raro.

Mientras todas las chicas de mi edad ,e incluso menores o mayores que yo, prefieren al hombre casi extremadamente musculoso, yo opto por uno tirillas que pueda hasta estar algo rellenito. Quizá merezca ser marginada por no compartir los mismos gustos, pero estoy acostumbrada a vivir con ello. Supongo que la moda es estereotipar al  chico fuerte y musculoso y las mujeres al borde de la anorexia. Vamos, resumiendo,en estos instantes el "trending topic de prototipo físico" es aquella persona a la que se le noten todas las venas (por fin una buena noticia para María Patiño), pero me pregunto si algún día retrocederemos al pasado, concretamente a la Edad Media, donde las personas flacas eran tachadas por los pintores, que preferían escoger modelos más obesas.

Soy una de esas ya escasas especies en extinción que piensan que el físico no lo es todo, por una sencilla razón: el físico es tan solo un disfraz de lo que hay en el interior. El aspecto exterior está condenado a envejecer y a deteriorarse con el transcurso del tiempo, sin embargo, el interior permanece inmutable. No quiero tener a mi lado a una persona momentáneamente guapa y atractiva a la vez que no sabe hacerme reír, no es interesante y tiene el mismo coeficiente intelectual reducido de una persona esclava del físico. Prefiero tener a una persona a la que los demás ven feo , relleno y gordo, capaz de hacerme reír, interesante e inteligente.


Creo que si la gente, en general, le diese más importancia al interior que el exterior, duraría más con sus parejas y tendría menos problemas mentales. Pero por lo visto, está de moda ser esclavo de la superficialidad. ¿Y tú, lo eres?