2 ene 2013

Héroes urbanos con o sin crisis


"Una zorra miró su sombra al amanecer y se dijo:

-Hoy me comeré un camello.
Y pasó toda la mañana buscando camellos. Pero al mediodía volvió a mirar su sombra y se dijo:
-Bueno..., creo que me conformaré con un ratón".   
                                                                        

Hace tiempo encontré ese pequeño cuento de Gilbrán Jalid Gibrán (1883-1931), más conocido por el alías "El Loco", un poeta, pintor, novelista y ensayista libanés; y me hizo reflexionar bastante. Lógicamente,es razonable pensar que se trata de un mero cuento sin un significado implícito, pero en mi afán por leer entre líneas algo que tal vez cuyo significado no exista, le dí mi propia interpretación, y considero que en estos momentos que estamos pasando adquiere demasiada importancia.Vivimos tiempos duros, solamente hay que salir a la dalle diariamente para percatarse de ello. En todos los medios de comunicación, casi todo lo que escuchamos, vemos o leemos son malas noticias: paro, crisis, muertes, fenómenos meteorológicos adversos, atentados, guerras, etc. A veces pienso que las buenas noticias no existen, pero entonces, inevitablemente, me insulto a mí misma y comienza una guerra entre los dos bandos de mi cerebro: el optimista y el pesimista.

Lo malo de estos conflictos bélicos en mi cabeza es que, en innumerables ocasiones, no gana ninguno de los dos y acabo hecha un lío y más confusa de lo que estaba en el primer momento. Tiempos díficiles para todas las personas que vivimos en este efímero mundo, para algunos privilegiados menos y para otros que no son tan afortunados más. Yo me considero una privilegiada y os diré por qué: aunque no soy rica, no tengo empleo, no sé si dentro de unos meses tendré algo que comer, desconozco si mañana mi casa se caiga a pedazos literalmente (es bastante vieja), no sé si tendré que dejar de estudiar la carrera que me apasiona por falta de becas, tampoco soy consciente de lo que el día de mañana sucederá; soy una privilegiada porque todavía hay gente que lo está pasando peor que yo.

Hay personas, mejor dicho, héroes urbanos, que no tienen nada que llevarse a la boca, que no saben cómo mantener a sus hijos, que viven de la desesperación y de la angustia de ver como una espantosa enfermedad les mata a ellos mismos o a sus seres queridos, existen individuos que cada día arriesgan su vida trabajando  en espantosas profesiones (por citar un ejemplo como de mineros) en las que arriesgan su vida para cobrar un salario más que ínfimo, hay sujetos que optan a la muerte por sus míseras condiciones de vida antes que seguir viviendo, y la lista podría seguir y no acabar nunca. Héroes urbanos. Y luego que en las películas pongan a tíos disfrazados con superpoderes  que pretendan arreglar la vida matando al malo y quedándose con la tía buena de la película me parece patético y estúpido, además de irresponsable por parte de los directores y guionistas. 

Pero más deficientes, cretinas e ignorantes me parecen aquellas personas que oigo cada día que dicen estar afectadas por la desesperante crisis porque no pueden irse a Nueva York de viaje o que no pueden comprarse los últimos apartas tecnológicos del mercado. Cuando les escucho, nace en mi interior un brote psicótico que me dan ganas de tirarles sus Ipods y Refléxs a la cabeza, que total, ya que neuronas no tienen ,no puede pasarles nada malo. Si alguna persona que me conozca se da por aludida por este aspecto, le pido un pequeño favor: ahórrate en mi presencia esos comentarios que solo te dejan mal a ti y a tu ignorancia.  Crisis y los bares llenos. Crisis y las tiendas llenas. Crisis y personas con las últimas cosas del mercado. ¿Es cosa mía o algunos que dicen estar en crisis se alimentan de su propia hipocresía barata? A donde quiero llegar es que pese a que a veces tengamos ganas de comernos el mundo, vivimos en el mundo real y no en el de Disney, y por lo tanto, a veces tenemos que conformarnos con comernos una hamburguesa del MacDonald´s, considerándonos afortunados por ello.