7 ene 2013

Prejuicios musicales



Por desgracia, los prejuicios están a la orden del día para recordarnos una vez más la clase de valores que predominan en nuestra injusta sociedad. La música no se salva de ellos tampoco. Por ejemplo, si en la actualidad escuchas a Justin Bieber o One Direction serás discriminado por un amplio sector de población que considera que eso no es música de verdad. Creo firmemente en la libertad de cada individuo en cada ámbito de su vida. Por dicho motivo, considero desde mi humilde punto de vista que cada uno haga con su vida lo que quiera, y si quieren escuchar reggaetón, pop, rock, rap o cualquier otro tipo de género musical es libre de hacerlo. No comparto el gusto ni por Justin Bieber, ni One Direction, ni mucho menos por los artistas producto de la factoría Disney, pero no por eso voy a juzgar a las personas que los escuchen porque no soy nadie para hacerlo.




 Yo antes era de esas personas que pensaba “¿cómo narices puedes escuchar eso si no es música ni es nada?”, pero con el paso del tiempo me he dado cuenta de que dejando los prejuicios a un lado descubres la música de verdad y aquella con la que realmente te sientes identificado. Pero no todos piensan como yo. Si hay algo que me molesta realmente dentro de la industria musical es que parece que según sea tu sexo estás destinado a escuchar un determinado tipo de música. No entiendo por qué razón el hombre está predestinado a escuchar rap, rock, heavy metal y las mujeres solo podemos escuchar pop comercial. Me parece tan estúpido como comprarles ropa de color azul a los niños y rosa a las niñas. ¿Hasta dónde vamos a llegar con la desigualdad de sexos? Y luego dicen que hemos avanzado en este sentido. Si todos respetásemos y fuéramos tolerantes con todos los géneros musicales y sus respectivos cantantes evitaríamos un sinfín de discusiones estúpidas. Y esto también implica que los cantantes no cometan el absurdo error de que se les suba la fama a la cabeza y creerse superiores a otras leyendas de la música (como en su momento hizo Justin Bieber al compararse con Nirvana). Y si las fans histéricas deseáis que nadie se meta con sus cantantes, lo imprescindible es que ellas por su parte no insulten a los otros cantantes/grupos. Está bien ser fans, pero hay un límite antes de perder la cordura y ser una fan histérica capaz de llegar a matar a su ídolo por tener un mechón de pelo (que me pregunto yo para qué lo querrán).