24 mar 2014

En mi cartera solo hay sitio para sueños, no para el maldito dinero


En estos tiempos lo que más importa es el dinero, en nuestra sociedad capitalista resulta evidente que no podemos vivir sin él. Pero, por desgracia, la tendencia desordenada a poseer se pone de manifiesto cada vez más en personas que acaban convirtiéndose en esclavos avariciosos de la riqueza económica, cuyas existencias se basan en un círculo vicioso de vivir para ganar dinero y ganar dinero solo para vivir.

La mayoría de los individuos dicen que tienen todo cuando hay dinero, pero es absurdo dedicarle la vida sabiendo que esta es limitada y que este es tan solo un instrumento. Creo que pocas personas se detienen a reflexionar y a preguntarse qué cantidad de recursos económicos es realmente necesaria para vivir y qué  cosas importan en esta vida. Sin embargo, muchos están cegados para meditar acerca de ello por culpa del contagio de la tontería humana que parece haberse transformado en uno de los pilares básicos de los valores de nuestra sociedad.

Es fácil corromperse y caer en la corrupción, dejándose llevar por la vanidad y el capricho, sentir el placer que ocasiona provocar en los demás la envidia al poseer más cosas que ellos y lujos que no pasan desapercibidos en el día a día. Caer en la frivolidad ya es algo normal que se ha aceptado en  nuestro entorno, vivir con el espíritu de lujo y la enfermiza obsesión de gastar pese a no necesitar ciertos bienes y servicios.


Me resulta triste ver lo que el capitalismo ha conseguido: manipular a personas y hacer que sientan un verdadero afán por el consumismo. Es hora de poner límite a la avaricia y dejar espacio y energías libres para dedicarse a lo que en realidad importa en esta vida.