5 mar 2014

Odio Carnavales


Carnavales. Una época en la que estamos que para muchos está caracterizada por la diversión y el entretenimiento. Sin embargo, he de admitir una cosa que va a contracorriente y que solo unos pocos nos atrevemos a decir: odio los Carnavales.

Los motivos que me han llevado a despreciar esta celebración son diversos. Si sales a la calle a reunirte con todo ese gentío (que por cierto llega a agobiar), lo que podrás apreciar es que lo que predomina es el alcohol, drogas, gente borracha que saca de quicio con sus piropos vulgares y otras personas violentas que se dedican a lanzar piedras, botellas y todo lo que este a su alcance, por no nombrar al gran número de personas que acaban en el hospital incluso antes de finalizar la fiesta.

Por otro lado, creo que para una fiesta de amigos puede ser divertido disfrazarse, ¿pero por qué hacer el ridículo y humillarse por voluntad propia? Entiendo que cuando eres pequeño tus padres pueden obligarte, pero es que cuando te haces adulto parece que la cosa empeora. La autohumillación radica en diversos disfraces: si eres mujer, lo más probable es que acabes con uno en el que se ponga de manifiesto toda la carne que puedes enseñar, mientras que, si eres hombre, tu disfraz ideal es el de mujer (parece encantarles disfrazarse de ellas, de hecho, llego a pensar que forman parte de sus deseos ocultos y es una forma de liberación que pasa desapercibida por la multitud).

Yo prefiero planes alternativos. Prefiero quedarme en mi casa u organizar cualquier cosa antes que tener que infiltrarme entre toda esa gente.