20 ene 2014

Apuntes nómadas

Ryszard Kapuściński (1932-2007) está considerado como uno de los máximos exponentes del Periodismo. Su estilo de investigación y proceso de escritura ha sido objeto de estudio por parte de muchos profesionales, dado que se destacaba por basarse en tres raíces fundamentales para ello. A continuación, dejo un fragmento de sus "Apuntes nómadas". Si quieren leerlo completo, pueden hacerlo a través de: http://www.elboomeran.com/minisites/kapuscinski/1Apuntes_Kapuscinski.pdf

"Viajar descubriendo, la lectura y la reflexión conforman, todo unido, mis textos. Estas tres profundas raíces de mi escritura son las que persigo simultáneamente. Aparte de eso, me ayudan dos elementos: la poesía y la fotografía. 

La primera raíz es el viaje como descubrimiento, como exploración, como esfuerzo: viajar en busca de la verdad, no de distensión. Viajar significa para mí atención, paciencia para informarme, deseo de saber, de ver, de comprender y  de acumular todo el conocimiento. Viajar así supone entrega y un trabajo duro. 
La segunda raíz es una lectura amplia sobre el tema. Si uno desea conferir a su escritura una cualidad cubista, ha de enriquecerse. Incorporo citas para dejar que resuenen otras voces, invito a otros a hablar en mis textos. A veces uno cree haber hecho un descubrimiento. Al leer se constata a menudo que esa idea ya 
la tuvieron otros, de modo que uno intenta avanzar en otra dirección o ir más lejos para no resultar banal con la repetición. 

Me considero un detective de lo otro, de otras culturas, de otras formas de pensar, de comportarse. Soy un detective de una "otredad" concebida positivamente, con la que quiero tomar contacto para comprenderla. Se trata de cómo puedo describir la realidad de un modo nuevo y adecuado. A veces se denomina esta escritura como no ficción. Para ello resultan importantes la fuerza creativa y la presencia personal. A veces me preguntan cómo es el héroe de mis libros: "Yo soy el héroe, pues estos libros tratan de una persona que 
viaja, mira, lee, piensa y que escribe sobre todo ello".

Yo no soy esencialmente poeta, pero utilizo la poesía como ejercicio lingüístico; la poesía es irrenunciable para mí. Requiere una concentración lingüística extrema y eso beneficia la prosa. Mi prosa ha de tener música, y la poesía es ritmo. Cuando me pongo a escribir, tengo que encontrar un ritmo. En cuanto he encontrado el ritmo de la frase todo fluye. El ritmo le lleva a uno como un río, se nada en movimientos rítmicos. El ritmo lo encuentro mediante la intuición. Si no doy con la cualidad rítmica de una frase, la omito. La frase ha de encontrar primero un ritmo interior, luego la página y finalmente todo el párrafo. Así confiero a la prosa una dimensión poética. La poesía tiene una gran densidad, por lo que la prosa poética no puede abarcar demasiadas páginas. 

Normalmente, trato de encontrar frases breves, pues generan ritmo y movimiento. Son más rápidas y dan claridad a la prosa. Cuando escribí «Imperio» constaté que si quería ofrecer una descripción más acertada necesitaba frases más largas. De pronto el estilo de mi escritura se transformó por completo. Se debía a la amplitud del asunto, que no puede abarcarse con frases breves. El estilo ha de ajustarse al objeto. Una descripción de la interminable amplitud del paisaje ruso requiere frases largas."