10 ene 2014

El lanzador de estrellas


La fábula que a continuación puede leerse está extraída del libro El lanzador de estrellas, de Loren Eiseley (1978). Cada uno tiene un desafío: encontrar nuestra propia estrella de mar y arrojarlas con sabiduría.

"Hace mucho tiempo, había un hombre sabio, que solía ir al océano a escribir. Tenía la costumbre de caminar en la playa antes de comenzar su trabajo. Un día estaba caminando a lo largo de la orilla. Al mirar hacia la playa, vio una figura moviéndose como una bailarina. Sonrió para sí mismo al pensar que alguien  podría bailarle al día. Entonces empezó a caminar más rápido para alcanzarlo. Al acercarse vio que era un joven y que el joven no estaba bailando, sino que en lugar de esto se agachaba, recogía algo y muy suavemente lo lanzaba al mar.

Al acercarse gritó: “¡Buen Día! ¿Qué está haciendo?”
El joven se detuvo, se dio vuelta y respondió:
- “Arrojo estrellas de mar al océano”

-"Supongo que debí haber preguntado, porque está usted arrojando estrellas de mar al océano"
-“El sol ha salido y la marea está bajando y si no las arrojo al mar morirán”.
-“Pero, joven ¿no se da usted cuenta de que hay millas y millas de playa y estrellas de mar a todo lo largo de ella? ¿Realmente piensas que tu esfuerzo tiene sentido?”.
El joven escucho educadamente. Después se agachó, recogió otra estrella de mar y la arrojo al agua, más allá de las olas y le dijo: –“Para aquella tuvo sentido”.

Su respuesta sorprendió al hombre, estaba desconcertado. No sabía cómo responder. Entonces,  se alejó y caminó de regreso a su cabaña a escribir.
Todo el día, mientras escribía, la imagen del joven lo inquietaba. Trató de ignorarla pero la imagen persistía. Finalmente, ya avanzada la tarde se dio cuenta de que él, el científico, él, el poeta no había descubierto la esencia de la naturaleza de la acción del joven. Puesto que se dio cuenta de que lo que el joven hacía era elegir no ser un observador en el universo y ver como éste pasaba de largo, sino que estaba eligiendo ser un actor en el universo y hacer una diferencia. Se sintió avergonzado.

Esa noche se fue a la cama preocupado. Cuando llegó la mañana se despertó sabiendo que tenía que hacer algo. Así que se levantó, se vistió, se fue a la playa y encontró al joven. Y con él,  paso el resto de la mañana arrojando estrellas de mar al océano."