Para comenzar el fin de semana, quiero compartir una columna de opinión escrita por Manuel Vicent en el periódico El País el pasado 7 de Julio. Lleva por título" Hormigas".
"Fuera del hormiguero ya no hay salvación. Las cámaras que siguen tus
pasos desde cualquier ángulo de la ciudad y los satélites que te vigilan
desde el espacio te juzgarán un día si te apartas del río confuso de
los mortales y tratas de ser tú mismo navegando contracorriente. Lo que
hablas o tecleas por el móvil queda grabado para siempre en el nido de
la araña planetaria y podrá ser tomado en tu contra mañana. Solo si te
comportas como una hormiga anónima estarás a salvo.
Las cámaras aceptan
de buen grado el fluido uniforme de la gente; la gran araña digiere sin
problema en su tripa la algarabía insignificante con que expresan los
humanos sus sentimientos anodinos, pero si tratas de ser original,
singular, y no te comportas como una hormiga conformista te convertirás
en un sospechoso. Puede que te sientas un ser libre porque la vida te
ofrece la posibilidad de elegir limón o gaseosa para el tinto de verano,
pero en realidad con cualquier cosa que uno haga no está sino
obedeciendo las reglas inexorables del hormiguero.
Eso mismo que haces,
piensas, dices o callas, creyéndote muy ocurrente o extravagante, en
este preciso momento millones de personas lo están ejecutando, pensando,
pronunciando o callando al mismo tiempo con gestos semejantes,
intercambiables. La partitura musical de risas y lágrimas que ejecuta de
forma ciega la humanidad apenas tiene una docena de compases. Nuestro
destino en lo universal consiste en ser esa hormiga que no se sale nunca
del pentagrama. Un día las cámaras captaron a un tipo que iba con
abrigo en pleno verano por la City de Londres. Fue detenido y juzgado
como posible terrorista. Hoy todos los abrigos en verano pueden ocultar
la faja de dinamita de un suicida. Si pronuncias por el móvil más de
tres veces en un día la palabra yihad o Bin Laden, la araña planetaria
tomará tu filiación y la de tus antepasados.
Cuando pases por el control
de un aeropuerto norteamericano tu pasaporte engendrará tres pitidos de
alarma. A continuación se acercará un gorila con toda una ferretería
alrededor de su barriga y te llevará a un cuarto sin ventanas, donde
enumerará los pelos de tu nariz y no podrás salir en libertad si no
demuestras que no eres más que una hormiga perpleja, prueba que correrá a
tu cargo."