11 mar 2013

Complot contra los profesionales de los medios




Hace tres días,en Madrid, con motivo del acto de clausura de del Día Internacional de la Mujer, organizado por Sanidad, los guardaespaldas de  la ministra Ana Mato decidieron actuar agresivamente con los profesionales de los medios que se encontraban en la zona. El resultado, que podría haber sido peor, fue que la periodista de Antena 3, Soledad Arroyo, acabó lesionada por una rotura de la base del radio en la mano derecha, por esto, tendrá que permanecer de baja tres semanas.Desgraciadamente, este no es el primer acto belicoso que los altos cargos y sus escoltas llevan a cabo contra el gremio periodístico. 



Obviamente no todos los ataques hacia los periodistas están calculados previamente a sangre fría, pues es evidente que la torpeza y los accidentes existen. Sin embargo, podemos encontrar varios ejemplos en los que  ciertas personas de relevancia en nuestra sociedad acometen con coacción y ferocidad hacia  los trabajadores de los medios, a los que consideran "una plaga", cuyo objetivo es hacerse con toda la información posible. Y es cierto, no lo niego, el empleo de cualquier periodista es hacerse con información (de ahí que también se les denomine informador), para eso le pagan, ¿pero, la violencia es el único medio para evitar la difusión de cierta noticia o dato trascendente? La respuesta es obvia. No obstante, en la práctica todo se reduce a los negocios (en los que ciertos personajes proporcionan dinero a los medios para que no divulguen noticias) o, en su defecto, a la  brusca agresión. Algunos individuos con trascendencia social no quieren que sus trapiches salgan a la luz debido a los problemas que esto les ocasionaría, pero ¿merecen ser estos considerados noticias al no cumplir con la Justicia y tratar a los ciudadanos como meras marionetas para obtener provecho a su costa? Claramente, sí, porque es algo que afecta a todos los habitantes de un determinado país, comunidad o región.

Mediante esta entrada, como puede apreciarse grosso modo, mi finalidad es denunciar dichos casos en los que se ataca discriminadamente a los empleados de las empresas informativas por realizar sus labores. Como dice el lema de las chapas que la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) ha repartido a sus asociados, "sin periodismo no hay democracia" , a lo que añado que tampoco hay libertad de expresión y, por lo tanto, no se puede transmitir verazmente a la población  lo que ocurre a su alrededor. 

El periodismo es una de las profesiones más importantes que existe, pues sin ella nadie sería capaz de apreciar lo que sucede en el mundo, pero es bueno recordar que las personas que ejercen dicha profesión son también humanos asalariados que quieren cumplir con su tarea (tratar toda la información de relevancia pública) para ganarse la vida. Desde mi punto de vista, los atropellos y la virulencia nunca conducen a nada beneficioso, y menos cuando se producen para silenciar las evidencias. El periodismo, si no es libre, se convierte en una manipulativa farsa, en la que muchos no estamos dispuestos a formar parte de ella.