Los periódicos ya no son lo que eran

Hace unas semanas, descubrí en una habitación de mi casa ,en la que nunca suelo entrar, una gran colección de periódicos antiguos que mi abuelo solía comprar en su época. La mayoría son de El Día,de hecho, hay tantos que, probablemente, podría hacer una enorme parte de su hemeroteca. Sé que sonará estúpido y hasta vintage, pero descubrir esta recopilación de diarios ha sido, para mí, como encontrar un valioso tesoro.Leyendo estas anticuadas publicaciones, las he comparado con los periódicos de la actualidad, dándome cuenta de que estos últimos podrían aprender de sus antecesores y dejarse de innovaciones que se alejan del Periodismo y del rigor informativo.

Es admisible que hay  periódicos fantásticos que cuentan con noticias, reportajes y artículos  de interés general que son dignos de encomio. Además, estos medios de comunicación suelen contar con una buena plantilla de trabajadores que hacen sus respectivas labores eficaz y correctamente. Sin embargo, no todo es positivo. A veces, el objetivo prioritario no es informar, sino únicamente vender basándose en la ley de la oferta y demanda, valiéndose, en algunos casos, del solicitado morbo a costa de la manipulación de los hechos y declaraciones. Al fin y al cabo, todos los trabajos acaban reduciéndose a empresas, y en el caso del Periodismo, se tratan de empresas informativas que también buscan beneficios económicos.

Me atrevo a afirmar que los antiguos diarios tenían mayor finalidad informativa que los de hoy en día. Lógicamente, también tenían , desde mi punto de vista, defectos: exceso de publicidad (pero es que sin publicidad no hay financiación), secciones de fenómenos paranormales, y poco más de lo que pueda quejarme. Estos medios se limitaban a ofrecer al lector la información estrictamente necesaria para conocer lo que ocurría a su alrededor, de una forma clara y entendible para todos, pese a que perteneciesen a diferentes estratos sociales. ¿Pero podemos decir lo mismo de las publicaciones de hoy?

En mi opinión, un rotundo no contesta dicha cuestión. Cuando una persona se acerca a cualquier establecimiento a comprar su diario de confianza, se topa con un fleje* que parece interminable. Y no digo nada si, además, a este individuo se le ocurre cometer la locura de comprarlo  los fines de semana, donde te obligan a adquirir suplementos, revistas de cotilleo, y hasta  películas, trastos inútiles o, incluso, pósters de una persona con un alto cargo, como, por ejemplo, el último Papa posando. Lo más triste de todo es que luego abres el periódico con toda la ilusión del mundo y te topas con un exceso de información no entendible y que lía las ideas principales de cada noticia. Llegados a este punto, me pregunto: ¿es mejor poseer una limitada información y enterarte de lo que lees o, por el contrario, tener una desmesurada información con todo lujo de detalles que no tienen importancia, que confunden al lector y que te serviría solamente  si tienes que hacer una tesis doctoral sobre ese tema?

El humorista gráfico Antonio Fraguas Forges dijo una vez que "los periódicos en España se hacen, en primer lugar, para que los lean los periodistas; luego los banqueros; más tarde, para que el poder tiemble y, por último e inexistente término, para que los hojee el público", y, desgraciadamente, esto es tan cierto como la vida misma." Con frecuencia, los escritores de los medios olvidan a qué sector está dirigido sus artículos, empleando tecnicismos y un vocabulario poco entendible para los ciudadanos.

Otra crítica para la prensa escrita moderna tiene que ver con las novedosas secciones que últimamente me encuentro, cuyas noticias son tipo "Lindsay Lohan condenada a la rehabilitación"o "Belén Esteban se divorcia de Fran". ¿¿Qué hace eso en un periódico?? Será que soy yo la única que considera que eso sobrepasa la delgada línea de qué debe escribirse en un medio de comunicación, y qué debería incluirse en las publicaciones correspondientes a la prensa rosa. Y es que, mientras Kim Jong-un declara que entra en estado de guerra con Corea del Sur, lo más importante y vital para nuestra existencia es conocer en qué líos andan metidos nuestras celebrities favoritas, ¿verdad?

Y podría seguir juzgando y murmurando, con múltiples argumentos con fundamentos puramente demostrables, muchos aspectos negativos de nuestra prensa escrita, pero me parece que, entonces, no solamente perderíamos el tiempo tanto tú como yo, sino que, además, en un futuro próximo, si esta entrada llegase a manos de un director de un medio para el cual quisiera trabajar, me vetaría rápidamente y no se molestaría ni en hacerme una entrevista laboral, así que, como me decía mi madre de pequeña: "calladita estoy más bonita". 

Moraleja: los periódicos ya no son lo que eran.

*Término canario cuyo significado es "un montón de papeles".