2 ago 2013

El libro de mi vida



El día de tu nacimiento, cuando lo único que sabías hacer era llorar, recibiste la bienvenida por parte de tus familiares y amigos, quienes, probablemente, te regalaron numerosos obsequios, pero ninguno tan valioso  como un libro que recibiste  con las páginas en blanco, que lleva por título "El libro de mi vida".




Desde ese momento, fueras o no consciente de ello, comenzaste a escribir la historia de tu vida, y lo cierto es que ya llevas una considerable cifra de páginas escritas. Pero deberías preguntarte qué has escrito hasta ahora, dado que, con demasiada frecuencia, escribimos y escribimos sin ojear las páginas escritas en el pasado, concentrándonos exclusivamente  en el latino tópico literario, acuñado por el poeta romano Horacio, Carpe Diem  (cuya traducción al español es  aprovecha el momento”), que invita a vivir a las personas como si fuera el último día, en el sentido de no malgastarlo, pues el tiempo es oro. Sin embargo,  me veo en la obligación de afirmar que resulta beneficioso, de vez en cuando, echarle un vistazo a esas olvidadas páginas y repasarlas.



Quizás encuentres capítulos y páginas  que te harán reír hasta que te duela el estómago, otros, por el contrario, llorar desoladamente. Con toda probabilidad, desearías revivir muchas páginas, pero al mismo tiempo arrancar algunas que no fueron tan gratas.  No obstante, como dijo Poncio Pilato en una ocasión lo que he escrito, escrito está”, y resulta innegable que no podemos modificar a nuestro antojo el pasado, pero hay algo que sí podemos remediar, y es aprender de los errores que hemos cometido y tratar de mejorar, crecer y madurar como personas.


Cada capítulo del libro de nuestras vidas encierra una valiosísima moraleja que podemos aplicar en el futuro, y no deberíamos ignorarlas dejándonos invadir por sentimientos negativos tales como el orgullo, la ira, la envidia, el rencor, los celos, entre una larga e interminable lista. Acumular estas emociones solo te perjudican en el ámbito de tu salud psicológica y, en algunas veces, hasta en la física.  Por eso, en este momento es hora de ser consecuentes,  de tratar de buscar soluciones y no ocasionar más problemas, de relajarse y vivir algo más tranquilo.