7 ago 2013

El Mago de Oz: algunos cuentos no son lo que parecen


El mago de Oz (1939) es una película musical de fantasía producida por Metro-Goldwyn-Mayer, aunque en la actualidad la empresa Time Warner posee los derechos de dicha producción audiovisual. Seguro que todos alguna vez hemos visto esta película o, al menos, hemos oído hablar de ella, dado que constituye una de las películas más clásicas de la historia cinematográfica. No obstante, el dato que muchos desconocen es que, en realidad, se trata de una sátira política de un debate entre los partidos del patrón oro y aquellos que deseaban que la plata también sirviese de respaldo para la acuñación de monedas.


A finales del siglo XIX, en el momento en el que Frank Baum escribió la obra, predominaba en la sociedad estadounidense una crisis económica terrible. Numerosos trabajadores de la industria se habían quedado en el paro y apenas podían comprar comida. Por esta razón, los campesinos también empobrecieron. En aquel entonces, el candidato demócrata a la presidencia  propuso sustituir el patrón oro
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*Escena de El Mago de Oz
por otro en el que la plata también sirviera de fuente de respaldo para emitir dinero. Y es que, mediante el aumento de la masa monetaria, pretendía poner fin a la caída de los precios provocada por la depresión económica. Sin embargo, el presidente McKinley y su Gobierno republicano eran convencidos  partidarios del uso exclusivo de oro.

En el cuento, un tornado que pasa por Kansas deja a Dorothy (la niña protagonista del cuento) en mitad de un sitio desconocido. Allí le dicen que para regresar a su hogar es necesario que vaya al encuentro del famoso Mago de Oz (quien simboliza al Gobierno republicano, pues Oz era la abreviatura de “onza de oro”). Durante el trayecto, le acompañan un león cobarde (que representa a William Jennings Bryan, el candidato demócrata al que la prensa del momento acusaba de serlo), un espantapájaros sin cerebro (con  el que se hace referencia a los agricultores endeudados) y un hombre de hojalata sin corazón (los trabajadores industriales que perdieron sus empleos).

Para poder encontrar al Mago de Oz deben acudir a la Ciudad Esmeralda (Washington, del color verde de los billetes del dólar), que se encuentra al final de un camino de baldosas amarillas (haciendo referencia, como no, al patrón de oro). Pero cuando llegan a tal lugar, descubren que el Mago de Oz no es capaz de solucionar ninguno de sus problemas. Pese a ello, Dorothy encuentra el camino de regreso a su casa gracias a unos zapatos hechos de… ¡plata! (el patrón bimetálico, a pesar de que en la película lo remplazaran por unos de rubíes).

Para el descontento de Frank Baum, McKanley ganó las elecciones y el patrón de oro se mantuvo. Pero el descubrimiento de unas inmensas minas de oro en Sudáfrica hizo que la masa monetaria respaldada por el oro creciera y la depresión económica concluyese.

* Imagen sacada de http://www.canaltcm.com/wp-content/uploads/2013/03/el-mago-de-oz-portada1.jpg