6 ago 2013

Medios de comunicación y delincuentes


Hace unos días me enteré, gracias a los diferentes medios de comunicación y páginas especializadas en dichos asuntos,como  FormulaTV y Vertele, del último comentario que ha hecho José Bretón, el  reo condenado por la muerte de sus propios hijos: "voy a tener que decirle a mi padre que me deje de ingresar los 60 euros semanales porque los de la tele van a forrarme". Según informó el diario ABC, "en el entorno penitenciario de la cárcel de Alcolea señalan que el condenado recibe, casi a diario, propuestas por carta para que conceda una entrevista exclusiva que, por supuesto, le reportaría suculentos ingresos".
 Las reacciones de tales declaraciones expresadas  a alguien de la prisión han traído, como era de esperar, mucha polémica. Me ha resultado especialmente brillante que Mirta Drago, directora de comunicación de la empresa Mediaset España ( cuyos canales son Telecinco, Cuatro, LaSiete, Factoría de Ficción, Boing, Divinity, Energy y Nueve) haya dicho instantáneamente a través de su red social Twitter "que no cuente con los canales de Mediaset".

Tweet de Mirta Drago
Lo cierto es que en los últimos años ha existido un intenso debate sobre si  los criminales deben realizar apariciones en los medios alardeando de sus delitos y cobrando por ello una significativa fortuna. En nuestro país se han dado numerosos casos en los que los medios más morbosos han concedido entrevistas televisivas con tales individuos, no especificaré el nombre de dichos programas ni mucho menos a los "personajes estrellas" porque, sinceramente, me parece lamentable como futura periodista y ciudadana que esto haya ocurrido en más de una ocasión.

Existen, en la actualidad, medidas y leyes de autorregulación que tienen como finalidad impedir que las personas que hayan cometido fechorías puedan lucrarse económicamente alardeando de los propios actos criminales que han realizado, pues la reinserción no implica la aparición en prensa, programas radiofónicos y, mucho menos la aparición en programas retorcidos que merecen, en mi opinión, la paralización inmediata por esa terrible acción. Me resulta repulsivo pensar que una persona haya sido capaz de realizar un hecho punible con la intención de hacerse famoso y beneficiarse en términos económicos; pero es aún más grave que en el mundo periodístico existan empresas informativas que continúen ofreciendo propuestas a esa gente.

No sé lo que pensaréis vosotros, aunque francamente me gustaría saberlo. Tampoco tengo la más remota idea de si alguno de mis lectores ha observado alguna vez en su vida estos episodios que considero tan rastreros, sin embargo, es bueno recordar el tema de las audiencias, es decir, el conjunto de personas que en un momento dado siguen un programa radiofónico o televisivo.En otras palabras, se trata  básicamente de la ley de la oferta y de la demanda en los medios de comunicación. Yo, desde aquí, pido un boicot a las empresas informativas que hacen este tipo de ofrecimientos. ¿Cómo hacerlo? La respuesta es sencilla: cambiando de canal, emisora o dejando de comprar la prensa escrita o revistas de cotilleo que los hagan.

Si los ciudadanos nos oponemos a este tipo de contenidos demostraremos nuestra indignación y le dejaremos claro a los altos cargos que no nos interesan los detalles morbosos de las personas que hayan quebrantado la ley penalmente. Al fin y al cabo, somos nosotros quienes al contemplar esos englobados los que hacemos que los trabajadores cobren un sueldo, y por lo tanto, tenemos que ser nosotros los que decidamos la parilla comunicativa e informativa.

Si alguien quiere consultar más el tema de José Bretón y sus declaraciones, le dejo un par de fuentes que he consultado: