En televisión, desde mi punto de vista, hay muchísimos errores, que abarcan desde los denominados programas basuras hasta la franja publicitaria excesiva ,que dura más de una hora. Pero puede, que una de las cosas que más desacierto de la caja tonta es el incumplimiento de la vigilancia del horario de protección infantil, olvidando la Ley 7/2010, de 31 de marzo, General de la Comunicación Audiovisual. Desgraciadamente, muchos profesionales del mundo televisivo y sus tertulianos parecen olvidar que cualquier persona, independientemente de su edad, puede tener acceso a todos los contenidos de sus programas, un fallo que puede desembocar en unas terribles consecuencias.
Por la calle he llegado a escuchar a niños que insultan a sus progenitores y llegan al extremo de agredirles. Lo trágico es que , en numerosas ocasiones, esto no se origina por el motivo de haber recibido una mala educación, sino porque los niños tienden a imitar todo lo que ven. Tanto en la programación televisiva (que engloba paralelamente espacios para adultos como dibujos orientados hacia los más pequeños) como en los videojuegos, la violencia e insultos están a la orden del día. Como consecuencia a tal exposición, cada vez crecen más generaciones groseras, arrogantes e impertinentes.
Hay programas emitidos dentro del horario de infantil cuyos argumentos y fondos se basan en temas escabrosos para la mente de un menor, como, por ejemplo, aquellos en los que aparecen morbosas imágenes inéditas de víctimas de delitos, mostrando imágenes que hasta pueden perturbar la sensibilidad de los adultos. Dejando a un lado el debate de si son necesarios esos materiales audiovisuales para la función informativa que deberían tener como objetivo prioritario, es evidente que la impresionabilidad es un rasgo que afecta a los niños de temprana edad, y puede hacer que esas imágenes se les queden grabadas en su memoria para siempre, pudiendo desembocar, años más tardes, en problemas psicológicos.
A algunos les parecerá que exagero, pero, verdaderamente, muchos no son conscientes de la delicadeza y susceptibilidad de estas pequeñas criaturas. Si pensáis que me baso en falaces comentarios, investigad por vuestra cuenta los efectos que puede tener la observación de dichos contenidos inadecuados para los menores (por facilitar la información, os puedo dejar esta página, y visualizad ustedes mismos los enlaces relacionados: www.guiainfantil.com/1041/trastornos-causados-por-la-television.html ).
Pero sería irresponsable, por nuestra parte, creer que los medios de comunicación tienen toda la culpa de lo mencionado anteriormente. Es obvio que los padres son los encargados de educar y disciplinar a sus hijos, no pueden esperar que personas próximas se encarguen de tutelar algo que no les corresponde. Los progenitores tienen, por lo tanto, el deber de cuidar de sus hijos y vigilar todo aquello que pueda resultarles una amenaza.
Una buena noticia es que el Gobierno anunció ayer el aumento de la adopción de vigilancia de los contenidos en horario infantil (más información en www.vertele.com/noticias/el-gobierno-aumenta-la-vigilancia-de-los-contenidos-en-horario-infantil/); lo que favorece la emisión de contenidos oportunos para los más pequeños.
Aunque pueda parecer a priori imposible, poco a poco podemos ir limpiando toda la basura existente en los medios de comunicación, hasta convertirlos en algo apto para todos los públicos, o, en su defecto, en diferentes franjas horarias que separen los programas convenientes para adultos del de los menores.
Os dejo un link a la Ley 7/2010 General de la Comunicación Audiovisual que al principio mencioné, pues nunca está de más conocer las normas básicas existentes en nuestra zona de residencia: http://noticias.juridicas.com/base_datos/Admin/l7-2010.html .
