23 may 2013

Presunción de inocencia


A la gente le encanta ver a políticos, banqueros, personas relacionadas con la Corona y personajes famosos en problemas relacionados con la Justicia. De hecho, son muchos los que se alegran de ver tales situaciones, pues sostienen que todos estos individuos se aprovechan de sus importantes cargos profesionales en nuestra sociedad para quedarse nuestro dinero y fabricarse así a nuestra costa sus chalets, con sus piscinas y pistas de tenis. Para esas personas, no hay nada como encender sus respectivos televisores y ver los líos en los que están metidos personajes con relevancia pública como Undargarin, Bárcenas o Blesa, quienes son, a su criterio, culpables sí o sí. Sin embargo, que yo sepa, el Tribunal Superior de Justicia no ha dictaminado ninguna sentencia por la que estos sujetos hayan sido procesados y condenados a cumplir penas, y, por lo tanto, hay que respetar el principio de presunción de inocencia.

El principio de presunción de inocencia es una regla jurídica penal que decreta la inocencia de la persona como regla. Únicamente mediante un proceso o juicio en el que se demuestre la culpabilidad del individuo, podrá el Estado aplicarle una sanción. En el Artículo 11 de la Declaración Universal de los Derechos humanos se menciona que "toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa".

Cuando un medio de comunicación comete el grave error de saltarse este importante principio, perjudica y daña al honor y propia imagen de la persona. En su entorno, las personas acusan al presunto culpable de un delito, sin saber si quiera si lo ha cometido realmente. Son muchos los casos en los que se ha demostrado la inocencia de las personas que, aparentemente, eran culpable a la vista de todos tras el ejercicio de un juicio paralelo. 

Portada de ABC
Por ejemplo, en 2009, en Tenerife, una niña de tres años llamada Aitana falleció, y los medios de comunicación se encargaron de difundir la información de que había sido víctima de una agresión sexual, golpes y quemaduras por parte de la pareja de su madre. No obstante, luego los informes realizados por los forenses concluyeron que la muerte de la niña era fruto de una caída. ¿Cuál fue el resultado? Muchos medios de comunicación publicaron contenidos al respecto de este incidente bajo el título de "La mirada del asesino de una niña de tres años". Y luego, ese supuesto asesino resultó ser inocente.

Está claro que la función de declarar la inocencia o culpabilidad de una persona no la tienen los periodistas, sino el Tribunal Superior de Justicia. Cuando la gente ignora el principio de presunción de inocencia puede hacerle mucho daño a personas inocentes, por lo que es necesario. Mañana podréis ver las consecuencias que tuvo el no respetar este principio.

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